Blogia
Luis María Mariano

Crónica de una Cena entre amigos

Crónica de una Cena entre amigos

El pasado 19 de octubre, estuvimos en el Club Cerámica dado que cenaríamos con el máximo dirigente de la U.C.R., el Dr. Raúl Ricardo Alfonsín. Puntualmente a las 21 hs. se encontraba entre nosotros mientras que paulatinamente, se fue colmando las instalaciones hasta un lleno total. Más de ochocientas personas.

Describir la significación que posee Raúl Alfonsín entre los que pertenecemos al centenario partido, llevaría muchas palabras que no entrarían en este pequeño reporte, pero sintéticamente decimos, que despierta admiración intelectual.

Comenzando la década del '80, enseñaba la diferencia existente entre la dictadura y democracia y que los gobiernos autoritarios, se sostienen con pactos no escritos entre distintos actores sociales o corporaciones que acuerdan intereses particulares a cambio de no presentar conflictos. En aquellos tiempos, denunciaba el "pacto militar sindical". Decía, que la pobreza era una deuda de la sociedad y que el Estado, debía implementar políticas tendientes a integrarla tanto con programas alimentarios como también de alfabetización nacional. Que los recursos energéticos eran bienes inalienables del Estado y que éste debe mantener las empresas estratégicas dentro de su órbita, a fin de impedir la dependencia.

El viernes pasado, con sus mas de 80 años a cuestas y una fortaleza de espíritu inquebrantable, reflotó esos conceptos remarcando que actualmente no se vive en una democracia plena, que la república se encuentra afectada por la intervención del Ejecutivo en el Congreso de la Nación, silenciándolo y actuando sobre el Consejo de la Magistratura garantizándose jueces afines. Que utilizan los recursos y bienes públicos en provecho personal y que la tarea a desplegar por parte de los radicales, está determinada en la vigencia de los partidos políticos que no son corporaciones como sostiene equivocadamente el presidente de la Nación. Además que, pretenden hacernos creer mediáticamente, que el radicalismo está muerto, -lo que consideró un absurdo mayúsculo- pero de ocurrir lo improbable, inmediatamente nacerá otro partido político con los mismos principios y las mismas ideas que defienda los mismos intereses que el actual radicalismo defiende, que no son otros que la vigencia de la democracia, la constitución, la libertad, la justicia y la igualdad.

0 comentarios