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Luis María Mariano

El pez por la boca muere

El pez por la boca muere

En la inauguración de las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante, el intendente afirmó que: “Chivilcoy cambió su configuración urbana y es por eso que debemos planificarla, comprar espacios para hacer nuevas plazas, casas y espacios verdes” a lo que también incluyó “la necesidad de tener una ciudad más limpia”. Planteó, que hayan “más bulevares, bancos, iluminación, cestos para basura, arbolado, cloacas y obra pública, lo que además genera más empleo”. Remarcó, que Chivilcoy es una de las ciudades con menor desempleo, “el 4 por ciento, pero es necesario ir por ese porcentaje para lograr un pleno empleo” y por último concluyó que: “Debemos establecernos un plan de cero indigencia, cero analfabetismo, cero desnutrición, cero deserción escolar, cero menores en riesgo…”

Si este hombre de la política comenzara con una nueva gestión, estaríamos en presencia de un discurso común a muchos otros hombres que prometen un futuro que merece ser vivido. Pero no solo que no es nuevo en la política, sino que locuazmente afirma que su gestión es continuidad de la anterior, ambas bajo la protección del Cdor. Randazzo y que juntos, conforman un equipo.

No podemos dejar de vincular y relacionar estas aseveraciones a que hace muy poco tiempo en tres instancias distintas en nuestra ciudad, se realizaron tres censos poblacionales consecutivos y de los tres, a lo único que pudo acceder el ciudadano común –no sin contradicciones- es a la cantidad de habitantes que somos, hecho que habla a las claras que el triunvirato gobernante, posee información que el ciudadano común no posee y que estratégicamente se mantiene oculta, en razón a los eventuales efectos negativos para con la imagen que pretenden conservar. Una de las formas de no decir la verdad, es escamoteándola y su agravante, es mantener la apariencia que nuestra ciudad no padece de los mismo males generales que afectan al conjunto del país.

La indigencia, el analfabetismo, la desnutrición, la deserción escolar, los menores en riesgo y la desocupación entre otros flagelos sociales, son el nutriente para la presente continuidad gubernativa que dicho sea de paso, la historia demuestra que nunca implementaron políticas tendientes a la erradicación de aquellos problemas y en cambio, desarrollaron paliativos populistas efímeros en el tiempo y sostenidos mediáticamente para que todo siga igual y nada cambie.

La obra pública expuesta aquí como exitoso caballito de batalla, es hoy un castillo de arena que poco a poco se va derrumbando, dado que invirtieron dineros públicos en obras deshumanizadas, cuando los graves problemas fueron ocultados por una cuestión de gobernabilidad.

Jamás en estos años de gestión, informaron que había indigencia, analfabetismo, desnutrición, deserción escolar o que existían menores en riesgo. ¿Qué necesidad tienen de ocultar los datos que abran francamente los problemas a la sociedad para que el conjunto decida como corregirlos? La asociación con el cemento que fundaron los actuales gobernantes y que mantienen intacta, los ha desvinculado de las cuestiones esenciales humanas.

La mentira tiene patas cortas y tarde o temprano la verdad sale a la luz. El construir más bulevares, iluminación, bancos, etc. como se afirma, de ninguna manera va a desterrar los flagelos sociales que brindó en su confesión como la existencia de indigencia, analfabetismo, desnutrición, deserción escolar, menores en riesgo entre otros. Valorar ideológicamente el urbanismo por sobre la construcción de una sociedad compuesta por personas dignas e iguales en oportunidades, es una cuestión central de posturas políticas.

Por último, si el gobierno municipal debe establecer un plan dado que cambió la configuración de la ciudad, es de resaltar que entre otras cuestiones de vital importancia aún no corregida, es el actual consumo de agua no potable con las consecuencias que trae aparejada para con la salud de la población.

2 comentarios

Eugenio Mariano -

Pa, unas de las mejores notas q lei tuyas. Segui asi y no aflojes. No te des por vencido, ni aun vencido.