Enrique Angel Angelelli
Nació el 17 de julio de 1923, en Córdoba (Argentina). A los 15 años, ingresó al Seminario. Al iniciar el segundo año de teología, fue enviado a Roma para completar sus estudios. A los 26 años fue ordenado sacerdote y continuó sus estudios en Roma hasta obtener la Licenciatura en Derecho Canónico. De regreso a Córdoba comenzó su labor pastoral. Visitó las villas miserias de la zona. El encuentro con la realidad de los marginados fue haciendo crecer en él la predilección por el servicio a los pobres. En 1952 se hizo cargo de la atención pastoral de la Capilla de Cristo Obrero y fue designado asesor de la Juventud Obrera Católica. En 1960 fue designado por el Papa Juan XXIII, Obispo Titular y el 12 de marzo de 1961 recibió su consagración episcopal en la Catedral de Córdoba, la que se vio abarrotada de obreros y gente humilde. Tuvo participación activa en diversos conflictos gremiales, marcando así una decisiva presencia de compromiso episcopal poco frecuente en el contexto eclesial de Argentina y especialmente resistida en los círculos del catolicismo tradicional de Córdoba.
Designado por Pablo VI, el 24 de agosto de 1968, asumió el Obispado de La Rioja y desde el inicio visitó instituciones, comunidades, barrios y poblados riojanos. Desde esta opción, la pastoral de Angelelli se caracterizó por estar junto a los trabajadores en sus reclamos y con los campesinos impulsando su organización cooperativa. Denunció la usura, la droga, las casas de juego y el manejo de la prostitución en manos de los poderosos de la sociedad riojana. Visitó los barrios alentando a los vecinos a solucionar el problema de la vivienda y organizar una cooperativa de consumo. Recorrió toda la provincia visitando los pueblos más remotos y olvidados. Reclamó al gobierno nacional el presupuesto para la provincia, condenó las arbitrariedades de los gobernantes, alentó la organización de las empleadas domésticas e instó a todos a comprometerse en la acción política para el servicio y bienestar del pueblo. Los grupos católicos conservadores se resistieron a los cambios iniciando campañas en su contra, que se intensificaron ese año, hasta culminar con la prohibición de la misa radial. Las movilizaciones y protestas en la provincia contrastaban con el silencio de la Conferencia Episcopal. En 1973 con las elecciones generales renacieron las esperanzas populares. Se restituyó a la iglesia riojana la misa radial. Pero, en el marco de las movilizaciones por la expropiación del latifundio, el 13 de junio, en Anillaco, se produjo -organizado por los terratenientes del lugar- la expulsión del Obispo, sacerdotes y religiosas que habían concurrido a las fiestas patronales de San Antonio. En respuesta Angelelli sancionó canónicamente a los promotores que intentaban disfrazar el conflicto acusando de "comunista" a la iglesia riojana.
En 1974 el país vivía un recrudecimiento de la crisis social y política, con asesinatos, atentados y ataques a los dirigentes y organizaciones populares. En septiembre Angelelli viaja a Roma donde le sugirieron que no regresara porque su nombre figuraba en la lista de amenazados por la "Tres A" (grupo para-policial de la Alianza Anticomunista Argentina). Angelelli retornó a su Diócesis y planteó los ejes de trabajo para 1975: "caminar con y desde el pueblo, seguir actuando el Concilio y continuar la promoción integral de los riojanos". Luego del golpe de estado del 24 de marzo de 1976, se intensificó el control y seguimiento a los miembros de la iglesia, en el marco de la represión desatada por la dictadura militar. Mons. Angelelli levantó su voz para denunciar las violaciones a los derechos humanos e hizo conocer al episcopado la persecución de que era objeto la iglesia en La Rioja. El 4 de agosto, Mons. Angelelli, junto al P. Arturo Pinto, retornaba a la Capital riojana, luego del novenario a los sacerdotes asesinados en Chamical, a la altura de Punta de los Llanos, su camioneta fue embestida por un auto "Peugeot 504", que le provocó el vuelco. El cuerpo del Obispo fue sacado y su nuca golpeada contra el asfalto, quedando su corpulenta figura extendida con los brazos abiertos sobre la ruta. Aunque se intentó ocultar el crimen, como un "accidente automovilístico" y la investigación judicial iniciada fue enseguida archivada, en 1983, con el retorno de la democracia, la causa se reabrió. En 1986 se dictaminó que la muerte de Mons. Angelelli fue un "homicidio fríamente premeditado".
Para esta navidad, elejimos una de su poesías hecha en La Rioja en 1971:
Oración de la Nochebuena
Señor...
yo te pido esta noche,
que nos des a cada uno de nosotros,
valentía, coraje y decisión.
Porque hay muchas cosas por hacer
casas dignas para tanos que son tus hijos,
hay que hacer y buscar fuentes de trabajo
porque no hay pan.
Hay que buscar, no sé cuántas soluciones,
para curar las enfermedades,
y hay que solucionar los problemas
de la educación y el descanso.
Cuántas cosas
te tendría que pedir esta noche!!
Señor, yo te pido por mí mismo,
una cosa fundamental:
que me hagas fiel,
que no me canse nunca
de pronunciar tu nombre.
Y caminar con mi pueblo,
ayudándole a que todos pechemos juntos.
Amén.
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