El día del bipresidente
El intendente y presidente del Partido Justicialista, invitó en estos términos a un mitin partidario a los vecinos de Chivilcoy: “… Te esperamos para darles nuestra más cálida bienvenida (a Kichner, Scioli y Randazzo) en reconocimiento por todo el apoyo que los chivilcoyanos recibimos de ellos. …”.
No vamos a escribir sobre una sutileza sino, que pretendemos resaltar como en detalles mínimos, se expresa una concepción política de identidad con el populismo. Llama en su nota a agradecer y venerar a personas, por el solo hecho que desde su cargo político, hubieron orientado recursos públicos para nuestra ciudad. Claramente, no estamos ante la presencia de filántropos.
Una de las personas a venerar era el Sr. Néstor Kichner, actualmente presidente del partido político “Frente para la Victoria” y también del legendario partido “Justicialista”; hombre cuya política, es de constante intolerancia, no admite el disenso y de permanente confrontación. Va de suyo que su presencia en Chivilcoy, agudizó las contradicciones de una sociedad fragmentada por el conflicto gobierno nacional y el campo.
El populismo concibe por definición, la fragmentación de la sociedad y se enrola ficticiamente en la defensa de un sector que supuestamente es el menos beneficiado dentro del conjunto, como ser los pobres o los trabajadores, etc. Pero en todo su accionar político, no llevan políticas públicas para erradicar la pobreza o mejorar la situación de los trabajadores, al contrario las políticas que consolidan, son las que perversamente mantienen a lo largo del tiempo en situación de pobres y los habilita grotescamente por otro lado, para ejercer el clientelismo y la humillación.
No es coincidencia sino una muestra de adhesión irreflexiva, que si el gobierno nacional confronta con el campo, aquí en Chivilcoy también se confronta con el campo, sin que exista justificación política directa y a pesar que la actividad agropecuaria, es el principal motor de la economía lugareña.
Ahora bien, si el intendente llama a agradecer a esas personas por “las cosas recibidas” nosotros desde aquí decimos, que piensen en el daño humano que le provocan a la sociedad, estimulando la confrontación entre compueblanos y conminándolos a tomar partido por uno o por otro, relativizando a un segundo plano “lo entregado”.
Son políticos circunstanciales y deben tener tolerancia democrática. No alterar el tejido social y evitar las antinomias, que nunca fueron positivas para “el desarrollo” de una sociedad, como pregonan falazmente, que esta ciudad está experimentando. Nada hay que reconocerles ni agradecerles, en nombre de la democracia.
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