Manuel Dorrego
Nació en Buenos Aires el 11 de junio de 1787. Con un significativo talento intelectual, díscolo y rebelde, estudió leyes. En 1810 se enroló en los movimientos patriotas contra la dominación española. Ingresó al ejército y estuvo a las órdenes de San Martín y Belgrano. Políticamente, se pronunció por el federalismo y auspició la autonomía de Buenos Aires. Firme demócrata, se opuso a la monárquía que pretendían imponer. Deportado, residió en Baltimore. Ahí, conoció las ideas de Hamilton, Madison y Jay, a través de las páginas de El Federalista. De nuevo en el país, fue electo representante ante la Junta. En su ámbito proyectó la supresión de las levas y desde el periódico El Argentino, defendió el federalismo en contra entre otros, de Rivadavia. Como diputado, se opuso a la totalidad del proyecto constitucional rivadaviano de 1826, considerándolo nulo porque se desconocía en él la voluntad general de las provincias. Desde ahí fue la cabeza de la oposición federal con profunda actuación en el plano ideológico de los aspectos políticos, sociales y económicos. Ese federalismo doctrinario se presentaba en sociedad relegando al intuitivo y espontáneo. Una importantísima actuación tuvo en el debate sobre el artículo 6º del proyecto constitucional rivadaviano, en esta norma, se negaba el derecho de voto en las elecciones a los menores de veinte años, a los analfabetos, a los deudores fallidos, deudores del tesoro público, dementes, notoriamente vagos, criminales con pena corporal o infamante y además, a los "domésticos a sueldo, jornaleros y soldados". Se consideraba que los domésticos y peones estaban bajo la influencia del patrón. Dorrego en su alocusión, refirió que estaban en la misma situación de los empleados públicos y sin embargo a éstos se les permitía votar. Señaló que también los capitalistas, no eran independientes, porque dependían de los bancos y que como estaba redactado el artículo, votaría apenas una pequeñísima porción del país. Sin perjuicio de los valederos fundamentos, los unitarios impusieron su Constitución, pero todo el interior, la rechazó en bloque. Dorrego influyó con su prédica en la crisis que culminó con la renuncia de Rivadavia a la presidencia de la Nación. En agosto de 1827 fue electo gobernador de la provincia de Buenos Aires, y desde el poder realizó una política tendiente a lograr la reconciliación nacional, mas allá del contraste que luego de su fusilamiento, imperó el período de terror unitario, a manos de Lavalle, y las persecuciones como asesinatos de la mazorca rosista. Lo más importante en la gestión gubernamental de Dorrego fue su política económica. En materia de tierras públicas, perfecciona la ley de enfiteusis de los campos pastoriles y pone a los campos agrícolas bajo un sistema similar. Dorrego logró el apoyo de los ganaderos -que eran mayoría en la Legislatura- y decreta la libre exportación de carnes. También con el apoyo de Rosas, logra paz con los indios y se esfuerza para extender la frontera sur. Siempre a favor de las clases populares, fijó precios máximos sobre el pan y la carne para bajar la presión del costo de la vida; suspendió el odiado régimen del reclutamiento forzoso y prohibió el monopolio de los renglones de primera necesidad. Su política tuvo éxito y el peso se recuperó por la prudente política aplicada. La continuidad de la guerra hizo que los terratenientes retiraran el apoyo político y económico. Ejercieron un boicot a la política integradora y popular, negándole recursos a través de la Legislatura y forzándolo a transigir e iniciar conversaciones de paz con el imperio. Los terratenientes y saladeristas bonaerenses, como burguesía mercantil porteña estaba ligada a los intereses británicos por la importación y la exportación. Rápdamente se volvieron "pacifistas". Abandonado por sus aliados circunstanciales, Dorrego se quedó solo frente al enemigo unitario. El 1º de diciembre fue derrocado por la conspiración que encabezaba Juan Lavalle, a quien Esteban Echeverría definiría años después, como "esa espada sin cabeza". La tragedia se consumaría, el 13 de diciembre, en Navarro, con el fusilamiento del líder federal. Con su muerte injusta, se abría en el país un período de guerras civiles que detendría, por varias décadas, su organización nacional.
De su posición ante la legislatura (1826), rescatamos:
"El artículo 6 (de la constitución rivadaviana de 1826) forja una aristocracia, la más terrible porque es la aristocracia del dinero. Echese la vista sobre nuestro país pobre, véase qué proporción hay entre domésticos asalariados y jornaleros y las demás clases del Estado, y se advertirá al momento que quien va a tener parte en las elecciones, excluyéndose las clases que se expresan en el artículo, es una pequeñísima parte del país, tal vez no exceda de una vigésima parte. He aquí la aristocracia del dinero; y si esto es así, podría ponerse en giro la suerte del país. Entonces sí que sería fácil influir en las elecciones, porque no es fácil influir en la generalidad de la masa, pero sí en una corta porción de capitalistas; y en ese caso, hablemos claro, el que formaría la elección sería el Banco, porque apenas hay comerciantes que no tengan giro con el Banco, y entonces sería el Banco el que ganaría las elecciones, porque él tiene relación en todas las provincias".
8 comentarios
Martin -
Dice el parte forense de entonces que el cuerpo de Dorrego se hallaba integro, salvo por los disparos que le ocasionaron la muerte. La cabeza habia sido sercenada, y destrozada a culatazos, hallandose irreconocible...
Que clase de bestia pudo hacer eso con un enemigo politico que, de todos modos, ya estaba muerto?
Un tal Lavalle... o bien, detras de el, el señor que hoy descanza meado por gatos y rodeado de los "vagos malentretenidos" que tanto quizo extirpar...
Paradoja de la vida? llamemosle asi
Martin -
Abismal diferencia...
Mientras uno trataba mediante la legislacion constituir un metodo electoral democratico y justo, el otro se empeñaba en empeñar al pais y venderlo, en su defecto, con gente y todo adentro a su graciosa magestad...
Habria que eliminar el nombre rivadavia de todos lados y que se sepa la verdad...
No deberia mas enseñarse en las escuelas como "el procer" sino sumarse a otros traidores como saavedra, rodriguez, y otros tantos incorregibles...
Luis Mariano -
Martin -
Es interesante que rescates la persona e historia de Dorrego.
Mas alla de que la "historia" que escriben "los de siempre" lo ha puesto en un lugar mediocre, es interesante remarcar sus actuaciones como diputado, su lucha, y finalmente, su caida y asesinato en manos del Asesino Lavalle, de quien San Martin dijo: "de lastima no los he ajusticiado..."
Me parece muy bueno el rescatar la memoria de estos proceres, merecido recuerdo, y vale la pena que toda la juventud entienda quienes fueron los que defendieron el suelo que hoy tanto se menosprecia.
Un abrazo
Luis Mariano -
fer -
Luis Mariano -
Fabio -