Vivir con discapacidad o vivir de la discapacidad, esa es la cuestión

Significativa diferencia conceptual se nos presenta, al confrontar las necesidades de los que dependen de la accesibilidad para integrarse, con aquellos que profesionalmente, despliegan actividades políticas mediáticas, para obtener beneficios económicos de parte del Estado.

Desde un primer momento sostuvimos, que las actuales autoridades municipales carecían en su impronta de gestión, de lo humano. Actitud que disimulan, en obras asociadas con el cemento.

Para mediados de abril del año 2004, por un accionar directo de las autoridades, se intercedió políticamente en el seno de la Comisión Municipal del Discapacitado para desarticular su accionar. La comisión por ordenanza municipal, poseía como función, el asesorar en las políticas municipales, tanto al Concejo Deliberante como al propio Departamento Ejecutivo.

Desde aquellos días, prescindieron de un grupo de personas e instituciones, que tomaban contacto directo con las políticas gubernamentales tanto provinciales como nacionales sobre la temática, para ocuparlo por sí, sin someterlas ante un cuerpo colegiado y menos aún, al conocimiento de la población en su conjunto, como era práctica de la destruída comisión, luego de deliberar.

No es la primera vez que insistimos, en que la accesibilidad de la ciudad para beneficio del conjunto de personas que la necesitan, depende de una decisión política, de poner en funcionamiento la profusa legislación nacional e internacional vigente en la materia, con recursos económicos y humanos locales.

Tomar el camino contrario de la alaraca mediática, con consultoras y fundaciones, pertenece a la oscuridad, en donde los discapacitados como beneficiarios, se encuentran ausentes.