¿Y... para cuando?

 

Existe una palabra reiteradamente usada por los funcionarios pertenecientes al gobierno municipal y especialmente por el Sr. Intendente, que es "gestionar". Hacen de este término un uso desmedido, con una connotación altamente positiva. Es usado en otras palabras, como sinónimo de capacidad política.En términos políticos no es el vocablo gestionar, el que mejor se adecua a las propias funciones políticas de una municipalidad. El término preciso es "administrar". Y administrar, es aplicar económicamente los recursos en beneficio de los ciudadanos, para lo cual es necesario, acudir a los conocimientos de la ciencia política a fin de sostener una administración basada en la planificación y ejecución.Esta introducción viene a referencia a que hace prácticamente un año que se destruyó el paseo público "Plaza Principal" sobre la base de arreglar todas las veredas y refaccionar la característica "Fuente de Hebe". Toda la obra a realizarse, era con recursos municipales. Aún el día de hoy que no se puede transitar por la plaza y ha disminuído notablemente la cantidad de caminantes en el perímetro de la misma por el mal estado de sus veredas.Ahora bién, otra suerte ha corrido el anfiteatro "Lago artificial" que más allá de haberse postergado bastante su finalización, el avance de obra que se aprecia, hace pensar en la proximidad de su inauguración. Los recursos utilizados para su remodelación fueron de orígen provincial.

Existe ocultamente, una doble manera de realizar una obra para chivilcoy aunque públicamente aparezca como producto de una buena gestión, en el sentido que si viene "armada o envasada" políticamente desde la provincia, la misma tiene un principio y un fin en tiempos digamos razonables. Pero si en cambio se realiza con planificación y recursos propios del municipio, lucen graves deficiencias que nos muestra una única y cruda realidad que, si disminuyen o desaparecen los importantes recursos foráneos que ingresan a las arcas chivilcoyanas, entraríamos sin lugar a dudas en una crisis de gobernabilidad por déficit en la capacidad para administrar.