Seamos generosos

Se planteaba Manuel Belgrano "¿Cómo, se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos?" Los actuales gobernantes de nuestra ciudad, han convertido el interrogante en profecía.

Pero como de eludir las propias responsabilidades se trata, pretenden formalizar un "pacto" para acatar las normas de tránsito, involucrando a las instituciones educativas, los docentes, los padres y las fuerzas vivas, movilizando circensemente a la ciudad en ese sentido.

Si fuera tan sencillo como solución, que con el solo firmar un convenio y desde ese particular acto, se incorporen instantáneamente los conocimientos formativos de respeto ciudadano, sin dudas, podríamos prescindir de las leyes como también de su aplicación.

El gobierno nacional ha contribuído con fondos para obras de nuestra ciudad -aunque inconclusas-, merecen su reconocimiento.

En la inteligencia que para algunos problemas nacionales, el gobierno no puede encontar una solución adecuada, como por ejemplo la violencia en el fútbol; es bueno que las autoridades municipales de nuestra ciudad como muestra de gratitud, le envíen "la receta" para que se alcance la resolución de tal problemática.

Concretamente deben sugerirle al gobierno nacional, que suscriba con los jugadores, los dirigentes de clubes, los árbitros y los hinchas de fútbol, un convenio por el cual desaparezca la violencia en el deporte.

De ese modo, se encontrará la felicidad del pueblo, sin que éste se dé cuenta, que le han transferido una responsabilidad política que no tiene y que los verdaderos responsables de hacer cumplir la ley como su formación en el respeto, son los mismos que actualmente gobiernan.